Este artículo es muy interesante ya que nos reitera el impacto que posee la práctica de un estilo de vida saludable en nuestra piel. Esta práctica incluye una alimentación integral de plantas baja en grasas (solo 10% de tus calorías) excluyendo alimentos veganos procesados. El artículo utiliza como referencia estudios del Dr. Dean Ornish, el cual siempre ha enfatizado como el hacer ejercicios, tener una práctica espiritual, tomar el sol, evitar drogas recreativas y adoptar una alimentación integral plantas baja en grasas son factores importantes para disminuir enfermedades crónicas y hasta revertir el proceso de envejecimiento acelerado. Es importante aclarar que de forma intrínseca nuestra piel pasa por un envejecimiento celular natural. Sin embargo, ciertos factores extrínsecos contribuyen en la piel al aumento acelerado del proceso de envejecimiento, inflamación crónica, afecta la permeabilidad (menos protección), disminuye la producción de nuevos vaso sanguíneos, producción elevada de grasas y sudor, disminuye las funciones inmunológicas y síntesis de vitamina D. Estos factores extrínsecos provienen de los hábitos comunes practicados en nuestra población industrializada.
La salud se produce a través de un ambiente propicio interior que se refleja hacia afuera de nuestro cuerpo. Cuando buscamos la salud de factores exteriores sólo servirán de parche sin dirigirse a la causa verdadera de estos problemas. Por lo tanto, es meramente imposible obtener soluciones integrales y que generen salud. Valorizar las prácticas de auto-valor por medio de una vida sana es la respuesta más audaz para aquellos que buscamos estar en un nivel elevado de salud que se siente estupendo.
En salud, Dra. Joanna Frey
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